¿Y cuando te vas a elegir a Tí?

Hay momentos en los que escuchamos una frase, un video o un consejo que nos sacude profundamente. Nos reflejamos en esos mensajes y decimos: "Eso soy yo". Sin embargo, a pesar de reconocerlo, a menudo no actuamos sobre esa comprensión. Seguimos adelante con la vida, inmersas en las prisas del día a día, con excusas que nos mantienen atrapadas, postergando una vez más lo que realmente importa: nuestro bienestar interior y la conexión con nosotras mismas.

Sanarse no es solo una opción, es una verdadera prioridad, especialmente en un mundo que te empuja a estar siempre ocupada, donde los demás parecen necesitarte en cada momento, cuando tú misma crees erróneamente que puedes esperar a que sea más conveniente. Pero no. Ya no puedes esperar más. Porque si no te eliges tú, nadie lo hará por ti, y esa es una realidad que debemos afrontar con valentía.

Estar bien contigo misma no es un acto de egoísmo; es la base para todo lo demás en tu vida. Si estás en guerra contigo, verás que ninguna relación, ya sea con tus amigos, familiares o pareja, funcionará en paz. Si no sanas tus heridas, es probable que reacciones desde ellas, sin darte cuenta de que las viejas heridas pueden nublar tu juicio y tus interacciones. Si no te detienes de vez en cuando, te perderás en una carrera que ni siquiera elegiste, y eso te llevará a un lugar oscuro donde ya no reconoces tus propios deseos.

Sanarte es un acto de valentía que no debe tomarse a la ligera. No es fácil mirar dentro de ti, reconciliarte con tu historia, perdonarte por decisiones pasadas, entender tus emociones o poner límites donde antes solo había silencios y confusión. Pero es lo único que realmente transforma tu vida, que te permite reconstruir tu ser desde la raíz y hacer florecer lo que realmente eres.

No necesitas tenerlo todo resuelto para empezar. Solo necesitas un paso. Uno pequeño, pero constante, que te guíe hacia un lugar más consciente y amoroso:

• Escribir lo que sientes sin juzgarte; permitirte abrir la caja de tus emociones sin criticar lo que encuentras.

• Tomarte 5 minutos al día para respirar y escucharte; simplemente ser tú con todos tus pensamientos y emociones, sin prisa.

• Decir "no" cuando realmente quieras decir no; aprender a poner límites y priorizar tus propias necesidades es esencial.

• Abrazar lo que eres, incluso lo que aún está en proceso; cada paso que das hacia la aceptación total de ti misma es un acto de amor.

Deja de postergarte. Deja de pensar que mañana tendrás tiempo. El momento es ahora. Porque mereces paz, claridad y amor en tu vida. Pero empieza por darte todo eso a ti misma. Solo tú tienes la llave para abrir esa puerta hacia tu propia felicidad.

Hoy te invito a hacer una promesa pequeña pero poderosa: elígete. Aunque sea por unos minutos al día, elígete y empieza a crear la vida que realmente deseas vivir.

Y si algo de esto resonó contigo, comparte este artículo con quienes creas que pueden beneficiarse. Tal vez otra mujer también esté esperando este mensaje para recordarse a sí misma que no está sola en su camino, y que también tiene el poder de elegir sanarse.